Un diseño adecuado de las áreas de producción, almacenamiento, control de calidad y otros es un elemento fundamental y queda ampliamente descrito en la norma. Cada una de las áreas deben estar adaptadas a su función para permitir un correcto acceso y flujo de materiales.
Es importante mantener una clara separación entre las actividades de producción y almacenamiento, así como una correcta limpieza e higiene para evitar que ocurran errores y contaminación cruzada.
Debe organizarse un calendario para el mantenimiento de las instalaciones y del equipo, así como para el calibrado frecuente de los dispositivos de seguimiento, para realizar las tareas de producción, empaquetado y almacenamiento de acuerdo a parámetros definidos y predeterminados.
La unidad de calidad de la organización debe estar altamente involucrada en todos estos aspectos para poder aprobar y evaluar todos los cambios que ocurren y poder obtener una composición de lugar objetiva de los resultados obtenidos.
Las organizaciones que se adhieren a ISO 22716 deben desarrollar una serie de criterios de calidad durante las distintas etapas de la producción, como las especificaciones para la compra de materia prima, componentes y materiales para el empaquetado.
Por otro lado, deben establecer criterios para la comprobación del proceso y los parámetros de salida de los materiales en primera fase de producción, intermedios (también llamados ingredientes cosméticos) y productos acabados. Es importante que a estas características le siga una clara designación del estado de calidad de estos materiales durante toda la cadena de distribución de las operaciones. En este punto, es importante recordar que los contratistas, como transportistas y unidades de empaquetamiento de terceras partes, deben sumarse a los esfuerzos de calidad de la organización.
La aplicación de cambios en el estado de calidad de los materiales en la primera fase y productos (intermedios) son responsabilidad exclusiva de la Unidad de Calidad, y por esta razón dicha unidad debe estar plenamente integrada en las actividades operativas de la organización
ISO 22716 por tanto combina las bondades de las Buenas Prácticas de Fabricación (BPF ó GMPs) con la implementación de un sistema de Gestión como herramienta de dinamización de la mejora continua en los procesos.
La introducción de la norma ISO 22716 supone un importante paso la seguridad de los productos cosméticos a nivel mundial.